Pero, ¿cuál es la vaina con Transmilenio?

No ha transcurrido ni mes y medio desde que comenzó el 2011 y ya van 5 bloqueos a Transmilenio. Lo más irónico, ninguno tenía que ver con el sistema de transporte masivo de la capital. Los saboteadores y protestantes se tomaron las estaciones y las troncales del sistema como tarima para poner sus quejas y, en las ocasiones más absurdas, para simplemente tomarle del pelo a la ciudadanía o al propio Transmilenio, paralizándolo parcial o totalmente sólo por llamar la atención. Es su único objetivo. En otras palabras, más coloquiales, se la montaron a Transmilenio.


Imagen tomada de ElTiempo.com
¿No son suficientes para la policía acaso, imágenes como la que acompaña este texto? ¡A ponerse las pilas! Según una columna de opinión del pasado domingo en ElTiempo.com, no hay, primero, policías suficientes para el número de habitantes en la ciudad y, segundo, mucho menos hay los efectivos necesarios para proteger la totalidad de las estaciones. La cantidad es irrisoria. Pero claro, cualquier persona pensaría que lo más lógico es incrementar esas cifras y mitigarían así el problema. El problema es que sencillamente la Policía Nacional no va a dedicarle más esfuerzos de los que hace por ahora, a la capital. Es evidente que la famosa política de "seguridad democrática" del gobierno anterior puso a la gran mayoría de policías a combatir directamente el conflicto interno de guerrillas y narcoparamilitarismo en el país. Entonces, muy difícilmente el general Naranjo, aún ahora que se le puso la misión imposible de velar por la seguridad capitalina, va a mermar los números de un lado para traerlos a Bogotá, básicamente a que se paren a la entrada de una estación, a esperar a que en cualquier momento, algún individuo o grupo de desadaptados sociales (o desocupados), quieran salir en televisión mostrando la impotencia del sistema, sus funcionarios y las autoridades para protegerlo de estas situaciones que se volvieron parte de nuestra cotidianidad.

Seré joven, pero he vivido lo suficiente en esta ciudad como para darme cuenta de que prácticamente vivimos en un chiste de ciudad. Bogotá no es un foco de altísima corrupción, desorden, improvisación e incultura, no. Bogotá es un constante show de humor, donde los dirigentes, que tristemente nosotros elegimos, se nos ríen en la cara y hacen de nuestros impuestos, y en general del presupuesto, una broma. Una broma pesada, pero en todo caso una broma. ¿Y nosotros qué hacemos? Ah verdad, nada. "Mirar al techo", para arriba, porque si miramos el horizonte que tenemos hoy en día gracias a Samuel, nos podemos poner a llorar.

Transmilenio se volvió el juguete favorito de los que quieren salir en noticieros y periódicos. Hacen lo que quieren con los articulados y a nosotros sí que nos sale caro el chistecito. Como el de la Fase III, los innumerables estudios para el Metro, las calles destruídas, con poca o nula señalización o el SITP, que todos sabemos que no es la solución milagrosa para los problemas de movilidad. Y estos payasoso siguen por ahí libres y tranquilos, como si hubieran roto un plato barato no más.

La "jocosidad" de estos personajes nos han costado, a todos y cada uno de los capitalinos (¡incluidos ellos mismos!), pérdidas millonarias que se suman de buses destrozados y disminución de ingresos a razón de los bloqueos. Claramente, no desconozco que Transmilenio no le genera miles de millones al distrito, porque de hecho ni siquiera tiene ganancias, cosa que es normal en otros países donde el gobierno subsidia tranquilamente al transporte público, sin hacer pataleta por el dinero invertido en algo tan esencial. Así como no desconozco que el propio sistema tiene problemas, sumándole a eso el más reciente accidente entre tres articulados, todo por el despiste o afán de uno de los conductores.

El sistema ha tenido un número importante de problemas, pero estoy cien por ciento seguro que son nada, comparados con los problemas que los demás actores del transporte público le han causado a la ciudad. Nada es tan ineficiente como nuestro muy anticuado sistema de buses y busetas dueños de las calles, peleando por cada centavo, cerrando otros vehículos, escenarios de robos de película, y para colmo de males, contaminando al máximo el medio ambiente. Eso no es secreto para nadie.

Sólo quiero que, al menos quien lea esto, sea consciente y se ponga en la tarea de concientizar a todos los que pueda, de que Transmilenio no debe ser una herramienta a la que se le que saque mal provecho, por el simple hecho de ser notoria para los medios y la ciudadanía, sino que debe ser uno de nuestros símbolos o al menos proyecto bandera (con todo y líos ahorita) para que siga sirviendo de ejemplo a otras ciudades del país y el exterior, como lo ha hecho en estos más de 10 años de funcionamiento. El sistema le ha cambiado la cara a la ciudad, positivamente, claro no siempre, pero debe seguir haciendo lo posible por ser foco de desarrollo y cultura, para proveer soluciones más que problemas. Para acabar dejo este video que muestra lo que ya muchos con seguridad olvidaron que hizo Transmilenio por la ciudad:

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